Tienes tanto valor
como mi madre natural,
me has enseñado el color
de las cosas del Señor.
Me has consolado en mi dolor,
y has reído en mi alegría.
Me has mostrado el fulgor
de esta corta vida mía
Por estar con Dios te he hallado
y has estado allí para mí.
Gracias madre, pues me has dado
Amor de esa sangre carmesí
No elegiste que yo naciera,
no sabías que en tu vida iba a estar
pero abriste tus brazos de par en par
para ser mi segunda mamá.
Y así te veo hoy,
tus palabras han sido buenas consejeras
para alejar las tormentas y volverlas sólo pasajeras
para devolverme la calma.
Segunda mamá, que me escuchas,
que me tienes paciencia,
que inclinas tu oído a mi ignorancia,
y respondes con amor a mis preguntas.
Segunda mamá, que crees en mí,
en mi valor, en mis sueños, en mis metas
que siempre te muestra discreta
y que tienes toda mi confianza.
Segunda mamá, que me cuida,
que con atención escucha mis problemas
haciéndome salir de mis dilemas,
ayudando a sanar muchas veces mis heridas.
Segunda mamá,
con quién siempre puedo contar,
que jamás me dejará de amar,
que siempre está allí como lluvia repentina.
No elegí que tu fueras,
no sabia que en mi vida ibas a estar,
pero abro mi corazón de par en par,
y hoy te llamo Mi Segunda Mamá